miércoles, 10 de marzo de 2010

Apertura del Conversatorio Feminista: intervención de Anarela Vélez

Conversatorio feminismo y antimilitarismo

10 de marzo de 2010

Intervención de apertura de Anarela Vélez

Realizamos este conversatorio en el marco de la conmemoración del día internacional de la mujer trabajadora. Esta es también una buena oportunidad para reflexionar sobre la lucha de las mujeres hondureñas en contra del militarismo y la ocupación extranjera, que ha tenido una tradición muy rica. Se inicia con la labor de Visitación Padilla en la primera mitad del siglo XX.

La popular Choncita, conoció de buena tinta a las/os pensadoras/es latinoamericanos y del mundo de su tiempo. Este es el caso del escritor, diplomático y político socialista argentino Manuel Ugarte, cuyo pensamiento signó la visión del mundo de Visitación, y gracias a la obra divulgadora de Ugarte, las corrientes del pensamiento más crítico de principios del siglo XX circularon por los diversos ámbitos de América Latina.

A la convocatoria de la II internacional, en 1907 y 1910, respondieron con su presencia Manuel Ugarte, Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin, entre otros revolucionarios de ese tiempo. Este encuentro internacional tuvo una gran influencia en la historia de las mujeres del Mundo.

En el mencionado Congreso se debatieron temas de trascendental importancia: la posición ante una posible guerra mundial, la actitud ante el colonialismo y los problemas de la mujer trabajadora, así como otros posicionamientos que se propagaron por América Latina. Se tomaron resoluciones que han trascendido en las distintas latitudes del planeta, fue precisamente en ese encuentro de la II Internacional que se estableció al Primero de Mayo como el día del trabajador y al 8 de marzo como la fecha de la mujer trabajadora.

Visitación conoció las ideas de Ugarte, que se destacaban entre las más lúcidas del momento: para el caso, logró esclarecer el carácter destructor del imperialismo para los países hispanoamericanos y, en ese mismo sentido, avizoró el carácter reaccionario jugado por las oligarquías nativas asociadas al capitalismo extranjero. Comparaba las dos Américas y concluía que sólo la Unión de los pueblos del sur les permitiría hacer frente a las grandes potencias que desde ya hacían gala de sus apetencias territoriales o económicas sobre estas naciones.

Su rica personalidad se refleja también en su actividad periodística. Fue columnista del periódico “El Nacional”; dirigió la revista “El Mentor Hondureño”, en 1913; fundó y escribió en la revista antialcohólica “Regeneración y Prosperidad”. Coherente con sus posiciones, se constituyó en ferviente defensora de la soberanía nacional, al lado de Froylán Turcios. En 1924 dejó constancia escrita de su repudio a la presencia de marinos norteamericanos que habían ocupado Tegucigalpa bajo el pretexto de la guerra civil de ese año.

Fue así cómo Choncita denunció en las páginas del “Boletín de la Defensa Nacional” que esta ocupación constituía una afrenta a la soberanía nacional y que en realidad respondía al hecho de que Honduras era el primer exportador de bananos en el mundo, y la ocupación buscaba asegurar las grandes ganancias para la United Fruit Company y proteger los intereses económicos y políticos de Estados Unidos en la región. Ella misma, el 23 de marzo de ese fatídico año, proclama en las páginas del Boletín que su Dios Único es La Libertad.

La herencia social de Visitación: Las “chonas”.

En reconocimiento del modelo de vida de esta extraordinaria mujer hondureña, el 25 de enero de 1984 –durante la ocupación de nuestro territorio por el imperialismo, mientras se anclaba en nuestra nación el ejército norteamericano en la base de Palmerola- fue fundado el “Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla”.

Esta organización feminista ha cumplido 26 años. Como un fruto de las demandas y reivindicaciones de las “chonas”, la sociedad hondureña ha conocido la vida y obra de Visitación Padilla.

La historia registra como creadoras del movimiento a Alba de Mejía, Ana Murillo, Blanca Célea Barahona, Blanca Guifarro y Rina Villars.

Se reunieron para soñar y construir un feminismo horizontal, que ejercite mínimos comunes, alejados de las lógicas clasistas, racistas, heterocentristas e institucionales. No quieren un feminismo vaciado de contenido político crítico que subyace en la categoría de género, cuya complicidad con el capitalismo neoliberal pretende controlar y manipular sus espacios políticos, sus apuestas feministas, sus propios cuerpos, vidas y conciencias.

La organización propugna por la práctica de un feminismo respetuoso de la diversidad del movimiento de mujeres, que no es homogéneo, ni constituye un cuerpo de ideas cerrado –ya que las mismas posturas políticas e ideológicas que abarcan toda la sociedad, se entrecruzan en sus distintas corrientes internas– podemos decir que éste es un movimiento político integral contra el sexismo (ver Sexo y género) en todos los terrenos (jurídico, ideológico y socioeconómico), que expresa la lucha de las mujeres contra cualquier forma de discriminación. Así honran la memoria de Visitación.

Llamo a la mesa al Dr. Juan Almendares, a las compañeras María Elena Méndez de CEMH y Claudia Korol de la colectiva feminista las inconvenientes

Claudia Korol es periodista argentina, parte del equipo que trabaja en educación popular Pañuelos en Rebeldía y feminista en resistencia de América Latina.

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